Ma Yun, más conocido como Jack Ma, nació el 10 de septiembre de 1964. Es el fundador de Alibaba. El primer empresario en lograr salir en la revista Forbes, sin duda es el ciudadano chino más rico del mundo, ostenta una fortuna neta de 38 millones de dólares y tiene el privilegio de estar el número 21 en la lista Forbes.
Lejos de una vida fácil, sus orígenes son muy humildes, nunca fue un hombre talentoso, tuvo problemas para acceder a la universidad. Los exámenes para ingresar en la universidad china son 1 vez al año, el tardó 4 años en aprobarlos.
Tras terminar sus estudios Ma se puso el objetivo de aprender inglés, solía recorrer en bicicleta los hoteles ofreciendo visitas guiadas gratuitas, con el único objetivo de aprender inglés. Allí uno de sus clientes le apodó Jack.
Antes de convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo, fue rechazado en más de 30 trabajos. Fracasó en su intento de recalar a policía, intentó ingresar en KFC donde eran 24 candidatos para 23 plazas, el único rechazado fue el. Esto lejos de desanimarlo le dio impulso para seguir superándose a sí mismo.
Un buen día tomó la decisión de ir a Estados Unidos, dónde tuvo su primer contacto con Internet. Le sorprendió encontrar de todo menos empresas chinas. Siguió indagando y se dio cuenta de que apenas había información sobre su país. Ahí surgió una idea, China Pages. Unas pocas horas después de crear su página web comenzó a recibir correos electrónicos de parte de varios inversores chinos: supo entonces que había encontrado su camino. En cinco años la empresa ingresó 5 millones de yuanes.
A los 33 años, el hombre que revolucionaría el mundo digital chino se compró su primer ordenador.
Se mudó de vuelta a Hangzhou y junto a un grupo de amigos puso en marcha su nuevo proyecto. Tal y como contaba en una entrevista con la CNN en 2006, estaba en un café de San Francisco cuando se le ocurrió el nombre: Alibaba
La empresa que Jack Ma fundó hace veinte años en su apartamento, Alibaba, es hoy la séptima más valiosa del mundo. Patrimonio valorado en 34.000 millones de euros. Según los cálculos de la publicación, se embolsó 26.5 millones de euros al día en 2018.
El día de su despedida, hizo unas declaraciones en las que dividió la carrera de todo profesional en diferentes etapas por cada década, afirmó que “de los 50 a los 60 hay que dedicarse a formar a la siguiente generación”. Eso es lo que pretende hacer: consagrarse a la filantropía, centrado en la protección medioambiental y la educación, en particular la de jóvenes emprendedores. También dijo que no moriría en una oficina, prefería morir en una playa.